Plataformas como Netflix y HBO han revolucionado la forma en que consumimos contenido audiovisual y, con ello, han producido un profundo impacto cultural en la sociedad. Estas plataformas han transformado los hábitos de consumo al permitir ver series y películas en cualquier momento y lugar, rompiendo con el modelo tradicional de la televisión.
Uno de los efectos más importantes ha sido la globalización de los contenidos. Producciones de diferentes países pueden llegar a audiencias internacionales, lo que ha permitido una mayor diversidad cultural en las pantallas. Series como El juego del calamar (Corea del Sur) o La Casa de Papel (España) se han convertido en fenómenos mundiales, generando interés por otras lenguas, costumbres y realidades.
Además, estas plataformas han influido en temas sociales, dando visibilidad a problemáticas como la discriminación, la salud mental o la identidad de género. Esto ha generado debates y mayor conciencia en las audiencias, especialmente entre los jóvenes.
Sin embargo, también existen riesgos. El consumo excesivo o maratónico puede afectar la salud y disminuir la reflexión crítica sobre lo que se ve. A su vez, los algoritmos tienden a mostrarnos siempre lo mismo, limitando la diversidad real de contenidos.
En conclusión, Netflix, HBO y otras plataformas no solo entretienen: moldean valores, gustos, conversaciones y modos de ver el mundo. Su impacto cultural es profundo y seguirá creciendo en los próximos años.
