El fantasma del “Racionamiento Hídrico”: Uno de los principales temores del Limarí

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Autoridades y organismos han debido lidiar con este complejo panorama ideando una serie de estrategias, que cada vez se hacen más difíciles ante un avance de la sequía que no da tregua. La esperanza es que los pronósticos cambien y puedan llegar de buena manera las precipitaciones, sobre todo en el territorio del Limarí, cuyo efecto de la sequía ha sido implacable.

Cada vez más el escenario de sequía y escasez hídrica absorbe un recurso tan vital, al igual que la tranquilidad de la comunidad, sobre todo de la provincia de Limarí, que debe sopesar además una temporada con muy altas temperaturas y con un incierto pronóstico de precipitaciones que ha dejado entrever el difícil panorama para este 2024 en materia hídrica. Tanto es así, que autoridades e instituciones ligadas al rubro no han descartado el impensado contexto del racionamiento de agua.

Una situación que preocupa en demasía, sobre todo considerando que en el territorio convergen múltiples oficios y acciones productivas ligadas a la silvoagricultura, cuyo recurso hídrico resulta vital. Obviamente, lo prioritario es garantizar el consumo humano, no obstante la historia agrícola del Limarí y toda su producción ha sido por décadas un eslabón para lograr productos tan nobles y reconocidos en las familias, que van desde frutas y verduras como parte del alimento diario, hasta la elaboración de vinos y piscos, cuyos brebajes han deleitado a miles de personas a nivel nacional e internacional.

Racionamiento que indudablemente podría marcar un antes y un después, teniendo en cuenta que ya por ejemplo, desde la compañía Aguas del Valle, están trabajando a paso firme para idear estrategias que permitan mitigar la incesante sequedad en los principales embalses que nutren de agua a la población. “Trabajamos hace meses con diferentes usuarios además de autoridades, para aunar esfuerzos junto con asegurar la necesaria para el consumo humano.

“Sería importante cerrar un nuevo acuerdo con la Junta de Vigilancia del Río Grande y Limarí, que considere la situación de esta cuenca además de que compatibilice los requerimientos agrícolas de la presente temporada, por desgracia, ya muy desmejorada. Se debería reservar una cantidad mínima para la población”, señalaron en conversación con Diario El Día.

En tanto, uno de los organismos que ha estado muy inmiscuido en esta materia, ha sido la Junta de Vigilancia del Río Grande y Limarí, que en los últimos años ha lidiado con una serie de acciones tendientes a no afectar la disponibilidad del vital elemento para la población. Consideran que la situación probablemente no cambie producto de las proyecciones meteorológicas que indican otro año más de escasez. El anhelo eso sí, es que el pronóstico cambie y lleguen las lluvias.

“Ya estamos realizándolo y esperamos seguir, pero el escenario es crítico, dependemos de si caen lluvias. El panorama no está claro por cuanto los pronósticos no anuncian nada bueno, tenemos que buscar alternativas: con lo poco que hay, hacer lo que más se pueda”, señaló José González, Presidente de la Junta de Vigilancia del Río Grande y Limarí para el mismo medio.

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